lunes, 14 de junio de 2021

LOS INDIOS AL SUR DEL ORINOCO

En mis manos el libro “Los Indios al sur del Orinoco en portugués, del escritor y profesor universitario V- H Veppo Burgardt. Es la construcción política e imaginaria del indio y aborda en su extensión fundamental la vida de los indios al sur del Orinoco, los movimientos indígenas y su visión en Venezuela, Hay, obviamente, una reflexión final del autor. Entre le referencias bibliográficas, se encuentran citas de mis libros Historia del Estado Bolívar. Mitos. Cuentos y Leyendas de Guayana, Huyapari e Historia y Crónicas de ls pueblos del Estado Bolívar. En la contraportada en el mismo idioma portugués, este escrito de la doctora Nalúa Rosa Silva Monterrey: “Este investigador amplía su horizonte de análisis con la revisión de textos literarios clásicos, en los que queda claro que la visión del indio no pertenece a un solo campo, sino que, por el contrario, es palpable en distintas fuentes, incluida la literatura, privilegiada. generador de emociones. Es un campo muy interesante, ya que descubre los verdaderos sentimientos de las personas y los autores, en un período determinado, sin limitaciones, señalando lo que la ciencia, siendo ciencia, al menos no se atreve a decir, escribir y mucho menos mostrar. El Dr. Veppo Burgardt no descuida el rigor académico, mostrando su vasto dominio de temas y autores, dialogando, a lo largo del texto, con investigadores afines, conocedores no solo del tema, sino también de la región. Entiendo que no ignora a los teóricos cuyos textos se consultan sobre los vastos temas presentados. Constituyo, sin duda, una imagen esclarecedora teórica y metodológica sobre la construcción de la identidad y sobre lo político, un reconocimiento a los de los pueblos originarios y, mente, a lo que ocurre en el venezolano-brasileño. Es excepcional, genial para todos aquellos que trabajan con la realidad indígena, así como con procesos de identidad y lacao, que quieren, sin lichés y lugares comunes, ir a la dimensión teórica de los procesos complejos.” El autor de este libro de la Editorial Paco, es Doctor (2006) y Master (1996) en Historia por la Universidad de Brasilia (UnB). Graduado en Estudios Sociales (1990) e. Historia (1991) de la Universidad Católica de Pelotas. Entre agosto de 2006 y julio de 2008, fue profesor de Historia de América, entre otras materias, en el Departamento de Historia de la UnB como profesor suplente y, entre 2002 y 2009, fue profesor de Ciencia Política y Teoría del Estado en la Educación Superior Cenecista. Instituto (Inesc - Unaí / MG). Actualmente es profesor adjunto en la Universidad Federal de Pampa (Unipampa), campus Sant'Ana do Livramento, donde imparte Fundamentos de Ciencia Política y Teoría Política Moderna y Contemporánea. (AF)

miércoles, 16 de diciembre de 2020

EL ORINOCO ES UNA GOTA DE AGUA

Es una gota apenas como el ojo de un pájaro El hombre atraído por el misterio de su origen ha ido más allá de lo aparente. Roto barreras y sumergiéndose en profundidades casi eternas. Sin embargo, su origen, el origen de la humanidad como el del universo sigue siendo un secreto insondable. En cambio, ha tenido satisfacciones al descubrir el comienzo de otras cosas. Por ejemplo, descubrir los ríos desde que nacen hasta que se pierden en el mar o en el caudal de otros ríos o de un lago, ha sido siempre una constante en el hombre, tal vez, por que en ese discurrir del agua encuentre el símbolo más sugerente de su existencia: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar a la mar que es el morir”. Canta en su copla el poeta de la madre patria, Jorge Manrique, mientras en ella se engarza el verso de Miguel Otero Silva estrujado por el impenetrable arcano que pone fin a la existencia: “!No! No es posible vivir como los ríos cantando entre laderas y lirios o entre grandes peñascos o ramajes tronchados sin presentir la mar que los espera”. Rómulo Gallegos, al entrar a Canaima por las bocas del Orinoco y a medida que el serviola de estribor va con el escandallo sondeando el lecho del estuario, encuentra la misma semejanza vital del río con el hombre: “El río niño de los alegres regatos al pie de la parima, el río joven de los iracundos bramidos de Maipures y Atures, ya viejo y majestuoso sobre el vértice del Delta, reparte sus caudales y despide sus hijos hacia la gran aventura del mar”. José Sánchez Negrón, asiste al parto y deja en su libro “Los Humos las voces” el mejor testimonio del alumbramiento: “Es la hora del primer vagido. Es el instante inmediato y previo puesto como el oído de un niño sobre la puerta de la vida y nada hay ni siquiera el nombre que la luz pondrá sobre la frente del río cuando asome. El silencio está quieto y crece y se levanta como una cruz enorme pero emerge el grito. Y los ángeles se asustan y no saben qué hacer con el silencio roto entre las manos. El río. El río interminable”. Pero lo que más asombra es que esa gran masa de agua libre y que se encrespa, sea en sus inicios una simple gota de agua, un vagido, el ojo de un pájaro, apenas una ínfima gota de rocío: “Al comienzo. Al principio ¿Qué fue el Orinoco sino una gota de agua brotando de la tierra o cayendo del viento?”. Interroga en su poema Carlos Augusto León mientras que Andrés Eloy Blanco al invitar a la aventura en su canto al Orinoco no deja de advertirlo: “Vamos a embarcar, amigos, para el viaje de la gota de agua. Es una gota, apenas, como el ojo del pájaro”. (AF)

martes, 18 de septiembre de 2018

¿Represas en el Orinoco? ¡¡¡Cuidado!!!


Ante la crisis energética se ha reabierto la posibilidad de construir  Represas en el  Orinoco, lo que ha preocupado a los conservacionista y no es para menos.  Si llegase a ocurrir, las consecuencias serían fatales.  Existen planes de cuatro represas en el Orinoco concebidos para la producción de energía hidroeléctrica y desarrollo agropecuario, pero si se hacen como se ha especulado, va a condenar en forma definitiva el futuro pesquero de la región.   Sería un proyecto de construir represas frente al Almacén, Paso del Infierno, Atures y Maipures, aguas arriba del Orinoco. Si este proyecto se llegara a ejecutar, tendría, según los biólogos.  un efecto nefasto sobre la biología de los peces pues se interrumpiría su migración y bien es sabido que sin migración no hay reproducción. Además  las tales represas interrumpirían el proceso básico de enriquecimiento y fertilización de las zonas bajas del Orinoco, especialmente del Delta.

        Según la FAO algunos de los ríos donde han ocurrido construcciones de represas los deltas han degenerado mediante un proceso inverso que lo hace menos resistente al mar aumentando la salinidad y generando la muerte de los manglares y otro tipo de flora. Otro afectado es la pesquería marina.(AF)

lunes, 17 de septiembre de 2018

LOS PRIMEROS HABITANTES DEL ORINOCO


Los primeros habitantes del Orinoco comenzaron a establecerse diecisiete mil años atrás aproximadamente que es casi la misma edad que tiene el gran río de haber quedado definitivamente recostado y formando un arco sobre la roca cristalina del Escudo Guayanés.
             Porque el Orinoco cuando no tenía nombre o acaso lo tenía, ¿era el mismo río Guaviare? que se desprendía de un punto sur-norte de la actual Venezuela y se extendía atormentado hacia el borde del Escudo al que después se agregó el Río Meta que en copiosa correntía bajaba de la formación cordillera cuando ésta emergía en pleno período terciario y el mar se retiraba a medida que la sedimentación iba tomando cuerpo.
            Podría decirse entonces que el Orinoco del período terciario –dos millones de años- divagaba desde su punto de confluencia con el Meta por y a lo largo de la depresión del actual Río Unare, hasta desembocar en el Mar de las Antillas por las abras de los canales Unare-Tuy-Naricual.
            Pues bien, en época más reciente –un millón de años- y a causa de una serie de fenómenos estructurales y geomorfológicos, el Orinoco comenzaría a declinar, como el minutero de un reloj, desde la desembocadura del Unare hasta lo que es hoy el Delta. En esa etapa de todo un proceso tormentoso, el Río Padre entró en reposo al encontrar su cauce actual, recostado sobre las rocas cristalinas del Escudo guayanés. Esto hace suponer, que el Orinoco moderno, el de la línea sinuosa descendente que va de Caicara hasta el Delta, debe tener, según la idea especulativa de J. N. Perfetti y José Herrero Noguerol, entre 10 y 17 mil años aproximadamente, la misma edad que se dice tiene la aparición de los primeros habitantes del Orinoco.
            Los primeros habitantes del Orinoco, siguiendo un tanto las investigaciones de Lino Duarte Level, fueron los Arucas, descendientes de los Tupís, habitantes primigenios de la América del Sur bañada por el Atlántico.
            De manera que los Arucas llegaron al Orinoco surcando el Amazonas y Rio Negro y por sus afluentes se extendieron y ramificaron por todas partes.  Tenían una cultura importante y parece que fueron los inventores de la hamaca, los propagadores del cultivo del tabaco y del maíz.  Se dedicaron a la cerámica y fueron traficantes que llevaban sus productos a otras tribus para canjearlos..
            Una nueva raza, venida también del Sur, se presentó en el Orinoco.  Tal los Caribes que en un principios vivían bajo el yugo de lo Arucas hasta que ya cansados de tanta servidumbre se refugiaron en las islas del caribe y volvieron para someter a los arucas y cargar con sus mujeres.
            “Las tribus Arucas probablemente ocupaban –dice Davis- la mayor parte de las tierras de Venezuela, de donde fueron arrojados por los caribes, poco antes del descubrimiento, como lo fueron de Las Antillas pequeñas.  Esto último fue muy reciente, pues las mujeres cautivas aun hablaban aruca cuando llegaron los europeos.  El Caribe está diseminado más extensamente aun en el continente.  En la época del descubrimiento se hallaban en las Antillas pequeñas y en tierra firme desde el Esequibo hasta el Golfo de Maracaibo, así como en todo el Orinoco y la parte norte de Venezuela”.
            Dice Lino Duarte Level que al tiempo de la conquista lo que constituye hoy el territorio propiamente de la Guayana venezolana, hasta los raudales del Orinoco, estaba habitado por multitud de pequeñas tribus caribes y descendientes de los caribe mismos. (AF).

domingo, 16 de septiembre de 2018

IMPORTANCIA COMERCIAL DE LA PESCA EN EL ORINOCO


La pesca en el Río Padre cobra importancia debido a una disminución relativa de la oferta del pescado de mar atribuible a una sobre explotación de nuestros recursos marítimos a los largo de las costas venezolanas, agravada por métodos de pesca, como el arrastre, que hacen verdaderos estragos.
     Daniel Novoa, quien fue jefe del proyecto pesquero de la División de Desarrollo Agrícola de la CVG y autor del libro “Los Recursos Pesqueros del río Orinoco y su explotación” que acopia parte sustancial de las investigaciones que junto con su homologo Freddy Ramos realizó durante un decenio subraya la importancia comercial de la pesca en el río padre de todos los ríos de Venezuela.
Desde puerto Ayacucho hasta el delta, salen todos los años 10 mil toneladas de pescado, con prácticas artesanales tradicionales, equivalente al 15% de la producción nacional que es de unas 200 mil toneladas anuales.
El pescado que se produce en el Orinoco va hacia los centros de consumo a través de tres canales de distribución: uno situado en el eje Caicara – Cabruta, desde donde salen 4 toneladas al año dirigidas al mercado centro occidental del país; otro canal es el de Ciudad Bolívar al sur de Anzoátegui y Monagas y, el tercero, que va de la zona del Delta y Barrancas al Oriente, Caracas y Ciudad Guayana.
Pero del Orinoco sólo se explota la cuarta parte de un potencial que ha sido estimado en 45 mil toneladas. ¿Por que? Novoa explica que no tenemos tradición de consumo masivo de pescado de río, por una parte y, por otra, que no ha sido delineada una política clara ni ha habido tampoco una intención de desarrollo sostenido del sector.
            Caicara y Cabruta conforman el polo de producción más importante del Orinoco, especialmente en lo que respecta a cachama y curbinata. Le sigue el sector comprendido entre Las Majadas y Ciudad Bolívar donde cobra importancia la curbinata, el rayao, el coporo, especialmente este ultimo en un 60%. Finalmente el Delta donde el morocoto, el lau-lau, el dorado y el blancopobre ocupan el puesto principal. Además en el Delta se explota el busco o curito en un promedio de 1.200 toneladas que va directamente a los mercados de Sucre y Trinidad.
            La ictiomasa del Orinoco ha sido cuantificada por el departamento pesquero que funciona en esta ciudad, en 400 especies, pero sólo la Sapoara, el Coporo, el Busco, y en cierto modo el Rayao han sido científicamente estudiados. Los biólogos Novoa y Ramos han iniciado sus estudios por estas especies porque son importantes desde el punto de vista económico y las más abundantes también. El proceso de investigación ha arrojado luces sobre facetas desconocidas de estas especies como las migraciones. Las conductas particulares de la Sapoara, por ejemplo, son muy interesantes.
            La pesca explotable del Orinoco se incrementaría si el río dispusiera de infraestructuras adecuadas para los principales puertos de actividad pesquera. De Puerto Ayacucho hasta el Delta no se ve ningún tipo de acopio con facilidades de puerto, con planta de hielo, planta de procesamiento y otros servicios indispensables. La pesca sigue siendo tradicional y ausente de verdaderos planes de financiamiento y de protección. Mientras tanto el pescador es castigado brutalmente con los precios de los insumos y la pesquería se verá condenada si no se toman urgentes medidas de protección. Las redes que en 1978 costaban 59 bolívares el kilo han subido a 120. Una caja de 100 anzuelos que antes costaba 20 bolívares, hoy cuesta cien. La  gasolina de 0,10 ha subido a 0,80 y todo ello incide en unos costos de producción insostenibles.
Para los primeros meses del año siempre la pesca disminuye en el Orinoco porque generalmente es la época crítica del estiaje. El río se prepara para el acenso, las aguas comienzan a enturbiarse y el pescado se esconde según el decir de algunos pescadores como Alí Luces y el viejo Óscar Castro (Corocoro). El Orinoco llega ente marzo y abril a su nivel más bajo (2,50 metros aproximadamente) y desde ese nivel comienza a subir y a bajar por unos días.  Es cuando los ribereños dicen que “esta cabeceando” y cuando el río cabecea es porque en sus cabeceras ha comenzado a llover. La pesca  en el Orinoco entonces se hace escasa y desde Puerto la Cruz y Cumaná se incrementa el transporte de pescado de mar hacia Guayana. Época de estiaje, kilómetros y kilómetros de playas se pierden de vista y los amantes del sol y la arena se preparan para la tradicional zambullida de Semana Santa.(AF)


sábado, 15 de septiembre de 2018

POTENCIAL CAMARONERO DEL ORINOCO


En tres mil toneladas anuales se estima el potencial de camarones en la zona estuaria del  Orinoco, conforme a estudios realizados por el biólogo Daniel Novoa, quien fue jefe del proyecto de estudio del departamento respectivo de la CVG. 
El biólogo Daniel Novoa, quien ha publicado dos importantes libros sobre los recursos pesqueros del Orinoco y su explotación y quien fue uno de los asesores de la comisión que negoció el tratado pesquero con el gobierno de Trinidad, resalta la gran demanda internacional que tiene el camarón, que si Venezuela la aprovechara tal como la aprovecha Trinidad, podría dar origen a actividades comerciales importantes en una zona extremadamente depauperada como el Delta Orinoco,.
Venezuela podría iniciar la explotación del camarón de forma artesanal, tal como lo hacen los trinitarios actualmente, e instalar estructuras para el procesamiento y destinarlo al mercado nacional con lo cual se generarían divisas nada despreciables..
El camarón es uno de los recursos de mayor importancia no sólo por su valor intrínseco, sino porque existe un área fronteriza (tenemos frente a Trinidad y Guyana al sur, lo cual implicaría que si tuviésemos la posibilidad de generar un movimiento económico entorno a este recurso y poblar esa zona fronteriza, estaríamos protegiendo lo que es de mucha importancia estratégica para el país.
En este sentido se impone el Venezuela limite al máximo la penetración trinitaria de nuestras costas y desarrollemos como contrapartida empresas nacionales con fuerte apoyo estatal. El estado puede hacerlo para poblar sus fronteras y aprovechar un recurso  que hasta ahora paradójicamente sólo aprovechan los trinitarios.
Actualmente en  el Delta explotan unas 800 toneladas de camarones, un 25% del potencial, y otras se las llevan los trinitarios. Esto tiene un límite teórico traducido en 60 permisos y una extensión de la temporada que va de diciembre a mayo, pero esto se viola porque Venezuela dispone de poca custodia por lo escasamente poblada que está el área. De modo que en la práctica no son 60 embarcaciones trinitarias que pescan sino 150 o 200.
Los trinitarios también violan la extensión del área y utilizan métodos de pesca como la arrastra que hace verdaderos estragos. Si este sistema no se controla a tiempo es capaz de agotar a corto plazo no sólo el recurso camarón sino el recurso de peces porque este sistema de arrastre incide sobre los estadios jóvenes.
            Los permisos, con duración de un año, los otorga el MAC amparado en el Acuerdo firmado entre Trinidad, Tobago y Venezuela. (AF)

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viernes, 14 de septiembre de 2018

PRESENCIA DE LA ARMADA EN EL ORINOCO


Después de centuria y media la Armada venezolana reanudó por imperativo de la preservación de la soberanía nacional, su presencia a lo largo del Orinoco y Río Negro.
En las viejas instalaciones de la Aduana, comenzó a activarse el Comando de la zona naval fluvial, creado en enero de 1984 y el tiene como misión ejercer una presencia naval efectiva, el control y autoridad sobre el trafico en los ríos nacionales e internacionales, y constituir las fuerzas de apoyo para operaciones fluviales, a fin de garantizar la soberanía, integridad y seguridad del estado.
El comandante General de la Armada, vicealmirante Justo Pastor Fernández Márquez, tuvo mucho que ver con este acontecimiento que él entonces señaló como una manera efectiva y activa de ejercer  la presencia que la Armada tuvo desde la gesta emancipadora cuando el Orinoco y el Puerto de Angostura fueron escenarios de transcendentales acciones militares.
Efectivamente el sitio y Tomas de Angostura, apoyados por la flota del Almirante Brión, fueron definitivos para asegurar la soberanía patriota sobre la Provincia de Guayana e instalar aquí la jefatura suprema de la Gran Colombia.
En aquellos años de 1817, 1818 y 1819 la Escuadra Republicana tenía su comando en la llamada Casa del Almirantazgo, la hoy casa de los Granados, restaurada en el Cuadrilátero Histórico de esta ciudad. Aquí se estableció la primera comandancia General de nuestra Armada, bajo el comando del Almirante Luis Brión.
Durante la guerra de la independencia, la ciudad de Angostura fue apostadero General, sede del Departamento de Marina y asiento del Comando de las Fuerzas Sutiles, denominación que se daba a lo que hoy es el escuadrón Fluvial y que entonces estaba comandada en el Orinoco por el margariteño Antonio Díaz cuyos restos reposan en Caicara.
Un guayanés de la época nacido en Angostura, José Tomás Machado, capitán de navíos, se distinguió en la Toma de Angostura y su nombre ha sido escogido para identificar la Base Naval que ahora tiene  su centro en esta ciudad y jurisdicción sobre los apostaderos de Puerto Ayacucho, San Carlos de Río Negro y San Fernando de Atabapo.
El comandante fundador de la citada base fue el contralmirante Edgar Eduardo Escobar Ochoa, quien inició su labor con 25 embarcaciones menores y dos buques transportes “Arv-Margarita y Arv-Orchila”, especialmente construidos en los Estados Unidos. Estas ultimas dos unidades con capacidad de 390 toneladas de desplazamiento y 13 nudos de velocidades máximas.
El comandante General de la Armada, al declarar en servicio el comando de la zona naval fluvial, ratificó que su comando tiene como función esencial la preservación de la soberanía nacional en los espacios fluviales acuáticos del país y la de contribuir al desarrollo integral de las cuencas del Orinoco y Río Negro y el mantenimiento de esos importantes recursos hidrológicos.
El contralmirante Escobar Ochoa asumió el comando de la Armada del Orinoco consiente de la importancia estratégica de la cuenca, de los inmensos recursos renovables y no renovables que encierra la extensa área geográfica, destacando entre ellos el agua como origen y causa de la vida misma y que viene a constituir el elemento principal a conservar.  Bendijo las instalaciones el capellán (contralmirante asimilado) Gino Bernadi,  se hizo entrega de las banderas a los comandantes de los buques y finalmente se firmó el acta de entrega en calidad de comodato de las instalaciones de la vieja Aduana de Ciudad Bolívar por parte del Instituto Nacional de Puertos a las Fuerzas Armadas Nacionales y se leyeron sendos mensajes del Presidente de la República y del Ministro de la Defensa. (AF)