martes, 18 de septiembre de 2018

¿Represas en el Orinoco? ¡¡¡Cuidado!!!


Ante la crisis energética se ha reabierto la posibilidad de construir  Represas en el  Orinoco, lo que ha preocupado a los conservacionista y no es para menos.  Si llegase a ocurrir, las consecuencias serían fatales.  Existen planes de cuatro represas en el Orinoco concebidos para la producción de energía hidroeléctrica y desarrollo agropecuario, pero si se hacen como se ha especulado, va a condenar en forma definitiva el futuro pesquero de la región.   Sería un proyecto de construir represas frente al Almacén, Paso del Infierno, Atures y Maipures, aguas arriba del Orinoco. Si este proyecto se llegara a ejecutar, tendría, según los biólogos.  un efecto nefasto sobre la biología de los peces pues se interrumpiría su migración y bien es sabido que sin migración no hay reproducción. Además  las tales represas interrumpirían el proceso básico de enriquecimiento y fertilización de las zonas bajas del Orinoco, especialmente del Delta.

        Según la FAO algunos de los ríos donde han ocurrido construcciones de represas los deltas han degenerado mediante un proceso inverso que lo hace menos resistente al mar aumentando la salinidad y generando la muerte de los manglares y otro tipo de flora. Otro afectado es la pesquería marina.(AF)

lunes, 17 de septiembre de 2018

LOS PRIMEROS HABITANTES DEL ORINOCO


Los primeros habitantes del Orinoco comenzaron a establecerse diecisiete mil años atrás aproximadamente que es casi la misma edad que tiene el gran río de haber quedado definitivamente recostado y formando un arco sobre la roca cristalina del Escudo Guayanés.
             Porque el Orinoco cuando no tenía nombre o acaso lo tenía, ¿era el mismo río Guaviare? que se desprendía de un punto sur-norte de la actual Venezuela y se extendía atormentado hacia el borde del Escudo al que después se agregó el Río Meta que en copiosa correntía bajaba de la formación cordillera cuando ésta emergía en pleno período terciario y el mar se retiraba a medida que la sedimentación iba tomando cuerpo.
            Podría decirse entonces que el Orinoco del período terciario –dos millones de años- divagaba desde su punto de confluencia con el Meta por y a lo largo de la depresión del actual Río Unare, hasta desembocar en el Mar de las Antillas por las abras de los canales Unare-Tuy-Naricual.
            Pues bien, en época más reciente –un millón de años- y a causa de una serie de fenómenos estructurales y geomorfológicos, el Orinoco comenzaría a declinar, como el minutero de un reloj, desde la desembocadura del Unare hasta lo que es hoy el Delta. En esa etapa de todo un proceso tormentoso, el Río Padre entró en reposo al encontrar su cauce actual, recostado sobre las rocas cristalinas del Escudo guayanés. Esto hace suponer, que el Orinoco moderno, el de la línea sinuosa descendente que va de Caicara hasta el Delta, debe tener, según la idea especulativa de J. N. Perfetti y José Herrero Noguerol, entre 10 y 17 mil años aproximadamente, la misma edad que se dice tiene la aparición de los primeros habitantes del Orinoco.
            Los primeros habitantes del Orinoco, siguiendo un tanto las investigaciones de Lino Duarte Level, fueron los Arucas, descendientes de los Tupís, habitantes primigenios de la América del Sur bañada por el Atlántico.
            De manera que los Arucas llegaron al Orinoco surcando el Amazonas y Rio Negro y por sus afluentes se extendieron y ramificaron por todas partes.  Tenían una cultura importante y parece que fueron los inventores de la hamaca, los propagadores del cultivo del tabaco y del maíz.  Se dedicaron a la cerámica y fueron traficantes que llevaban sus productos a otras tribus para canjearlos..
            Una nueva raza, venida también del Sur, se presentó en el Orinoco.  Tal los Caribes que en un principios vivían bajo el yugo de lo Arucas hasta que ya cansados de tanta servidumbre se refugiaron en las islas del caribe y volvieron para someter a los arucas y cargar con sus mujeres.
            “Las tribus Arucas probablemente ocupaban –dice Davis- la mayor parte de las tierras de Venezuela, de donde fueron arrojados por los caribes, poco antes del descubrimiento, como lo fueron de Las Antillas pequeñas.  Esto último fue muy reciente, pues las mujeres cautivas aun hablaban aruca cuando llegaron los europeos.  El Caribe está diseminado más extensamente aun en el continente.  En la época del descubrimiento se hallaban en las Antillas pequeñas y en tierra firme desde el Esequibo hasta el Golfo de Maracaibo, así como en todo el Orinoco y la parte norte de Venezuela”.
            Dice Lino Duarte Level que al tiempo de la conquista lo que constituye hoy el territorio propiamente de la Guayana venezolana, hasta los raudales del Orinoco, estaba habitado por multitud de pequeñas tribus caribes y descendientes de los caribe mismos. (AF).

domingo, 16 de septiembre de 2018

IMPORTANCIA COMERCIAL DE LA PESCA EN EL ORINOCO


La pesca en el Río Padre cobra importancia debido a una disminución relativa de la oferta del pescado de mar atribuible a una sobre explotación de nuestros recursos marítimos a los largo de las costas venezolanas, agravada por métodos de pesca, como el arrastre, que hacen verdaderos estragos.
     Daniel Novoa, quien fue jefe del proyecto pesquero de la División de Desarrollo Agrícola de la CVG y autor del libro “Los Recursos Pesqueros del río Orinoco y su explotación” que acopia parte sustancial de las investigaciones que junto con su homologo Freddy Ramos realizó durante un decenio subraya la importancia comercial de la pesca en el río padre de todos los ríos de Venezuela.
Desde puerto Ayacucho hasta el delta, salen todos los años 10 mil toneladas de pescado, con prácticas artesanales tradicionales, equivalente al 15% de la producción nacional que es de unas 200 mil toneladas anuales.
El pescado que se produce en el Orinoco va hacia los centros de consumo a través de tres canales de distribución: uno situado en el eje Caicara – Cabruta, desde donde salen 4 toneladas al año dirigidas al mercado centro occidental del país; otro canal es el de Ciudad Bolívar al sur de Anzoátegui y Monagas y, el tercero, que va de la zona del Delta y Barrancas al Oriente, Caracas y Ciudad Guayana.
Pero del Orinoco sólo se explota la cuarta parte de un potencial que ha sido estimado en 45 mil toneladas. ¿Por que? Novoa explica que no tenemos tradición de consumo masivo de pescado de río, por una parte y, por otra, que no ha sido delineada una política clara ni ha habido tampoco una intención de desarrollo sostenido del sector.
            Caicara y Cabruta conforman el polo de producción más importante del Orinoco, especialmente en lo que respecta a cachama y curbinata. Le sigue el sector comprendido entre Las Majadas y Ciudad Bolívar donde cobra importancia la curbinata, el rayao, el coporo, especialmente este ultimo en un 60%. Finalmente el Delta donde el morocoto, el lau-lau, el dorado y el blancopobre ocupan el puesto principal. Además en el Delta se explota el busco o curito en un promedio de 1.200 toneladas que va directamente a los mercados de Sucre y Trinidad.
            La ictiomasa del Orinoco ha sido cuantificada por el departamento pesquero que funciona en esta ciudad, en 400 especies, pero sólo la Sapoara, el Coporo, el Busco, y en cierto modo el Rayao han sido científicamente estudiados. Los biólogos Novoa y Ramos han iniciado sus estudios por estas especies porque son importantes desde el punto de vista económico y las más abundantes también. El proceso de investigación ha arrojado luces sobre facetas desconocidas de estas especies como las migraciones. Las conductas particulares de la Sapoara, por ejemplo, son muy interesantes.
            La pesca explotable del Orinoco se incrementaría si el río dispusiera de infraestructuras adecuadas para los principales puertos de actividad pesquera. De Puerto Ayacucho hasta el Delta no se ve ningún tipo de acopio con facilidades de puerto, con planta de hielo, planta de procesamiento y otros servicios indispensables. La pesca sigue siendo tradicional y ausente de verdaderos planes de financiamiento y de protección. Mientras tanto el pescador es castigado brutalmente con los precios de los insumos y la pesquería se verá condenada si no se toman urgentes medidas de protección. Las redes que en 1978 costaban 59 bolívares el kilo han subido a 120. Una caja de 100 anzuelos que antes costaba 20 bolívares, hoy cuesta cien. La  gasolina de 0,10 ha subido a 0,80 y todo ello incide en unos costos de producción insostenibles.
Para los primeros meses del año siempre la pesca disminuye en el Orinoco porque generalmente es la época crítica del estiaje. El río se prepara para el acenso, las aguas comienzan a enturbiarse y el pescado se esconde según el decir de algunos pescadores como Alí Luces y el viejo Óscar Castro (Corocoro). El Orinoco llega ente marzo y abril a su nivel más bajo (2,50 metros aproximadamente) y desde ese nivel comienza a subir y a bajar por unos días.  Es cuando los ribereños dicen que “esta cabeceando” y cuando el río cabecea es porque en sus cabeceras ha comenzado a llover. La pesca  en el Orinoco entonces se hace escasa y desde Puerto la Cruz y Cumaná se incrementa el transporte de pescado de mar hacia Guayana. Época de estiaje, kilómetros y kilómetros de playas se pierden de vista y los amantes del sol y la arena se preparan para la tradicional zambullida de Semana Santa.(AF)


sábado, 15 de septiembre de 2018

POTENCIAL CAMARONERO DEL ORINOCO


En tres mil toneladas anuales se estima el potencial de camarones en la zona estuaria del  Orinoco, conforme a estudios realizados por el biólogo Daniel Novoa, quien fue jefe del proyecto de estudio del departamento respectivo de la CVG. 
El biólogo Daniel Novoa, quien ha publicado dos importantes libros sobre los recursos pesqueros del Orinoco y su explotación y quien fue uno de los asesores de la comisión que negoció el tratado pesquero con el gobierno de Trinidad, resalta la gran demanda internacional que tiene el camarón, que si Venezuela la aprovechara tal como la aprovecha Trinidad, podría dar origen a actividades comerciales importantes en una zona extremadamente depauperada como el Delta Orinoco,.
Venezuela podría iniciar la explotación del camarón de forma artesanal, tal como lo hacen los trinitarios actualmente, e instalar estructuras para el procesamiento y destinarlo al mercado nacional con lo cual se generarían divisas nada despreciables..
El camarón es uno de los recursos de mayor importancia no sólo por su valor intrínseco, sino porque existe un área fronteriza (tenemos frente a Trinidad y Guyana al sur, lo cual implicaría que si tuviésemos la posibilidad de generar un movimiento económico entorno a este recurso y poblar esa zona fronteriza, estaríamos protegiendo lo que es de mucha importancia estratégica para el país.
En este sentido se impone el Venezuela limite al máximo la penetración trinitaria de nuestras costas y desarrollemos como contrapartida empresas nacionales con fuerte apoyo estatal. El estado puede hacerlo para poblar sus fronteras y aprovechar un recurso  que hasta ahora paradójicamente sólo aprovechan los trinitarios.
Actualmente en  el Delta explotan unas 800 toneladas de camarones, un 25% del potencial, y otras se las llevan los trinitarios. Esto tiene un límite teórico traducido en 60 permisos y una extensión de la temporada que va de diciembre a mayo, pero esto se viola porque Venezuela dispone de poca custodia por lo escasamente poblada que está el área. De modo que en la práctica no son 60 embarcaciones trinitarias que pescan sino 150 o 200.
Los trinitarios también violan la extensión del área y utilizan métodos de pesca como la arrastra que hace verdaderos estragos. Si este sistema no se controla a tiempo es capaz de agotar a corto plazo no sólo el recurso camarón sino el recurso de peces porque este sistema de arrastre incide sobre los estadios jóvenes.
            Los permisos, con duración de un año, los otorga el MAC amparado en el Acuerdo firmado entre Trinidad, Tobago y Venezuela. (AF)

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viernes, 14 de septiembre de 2018

PRESENCIA DE LA ARMADA EN EL ORINOCO


Después de centuria y media la Armada venezolana reanudó por imperativo de la preservación de la soberanía nacional, su presencia a lo largo del Orinoco y Río Negro.
En las viejas instalaciones de la Aduana, comenzó a activarse el Comando de la zona naval fluvial, creado en enero de 1984 y el tiene como misión ejercer una presencia naval efectiva, el control y autoridad sobre el trafico en los ríos nacionales e internacionales, y constituir las fuerzas de apoyo para operaciones fluviales, a fin de garantizar la soberanía, integridad y seguridad del estado.
El comandante General de la Armada, vicealmirante Justo Pastor Fernández Márquez, tuvo mucho que ver con este acontecimiento que él entonces señaló como una manera efectiva y activa de ejercer  la presencia que la Armada tuvo desde la gesta emancipadora cuando el Orinoco y el Puerto de Angostura fueron escenarios de transcendentales acciones militares.
Efectivamente el sitio y Tomas de Angostura, apoyados por la flota del Almirante Brión, fueron definitivos para asegurar la soberanía patriota sobre la Provincia de Guayana e instalar aquí la jefatura suprema de la Gran Colombia.
En aquellos años de 1817, 1818 y 1819 la Escuadra Republicana tenía su comando en la llamada Casa del Almirantazgo, la hoy casa de los Granados, restaurada en el Cuadrilátero Histórico de esta ciudad. Aquí se estableció la primera comandancia General de nuestra Armada, bajo el comando del Almirante Luis Brión.
Durante la guerra de la independencia, la ciudad de Angostura fue apostadero General, sede del Departamento de Marina y asiento del Comando de las Fuerzas Sutiles, denominación que se daba a lo que hoy es el escuadrón Fluvial y que entonces estaba comandada en el Orinoco por el margariteño Antonio Díaz cuyos restos reposan en Caicara.
Un guayanés de la época nacido en Angostura, José Tomás Machado, capitán de navíos, se distinguió en la Toma de Angostura y su nombre ha sido escogido para identificar la Base Naval que ahora tiene  su centro en esta ciudad y jurisdicción sobre los apostaderos de Puerto Ayacucho, San Carlos de Río Negro y San Fernando de Atabapo.
El comandante fundador de la citada base fue el contralmirante Edgar Eduardo Escobar Ochoa, quien inició su labor con 25 embarcaciones menores y dos buques transportes “Arv-Margarita y Arv-Orchila”, especialmente construidos en los Estados Unidos. Estas ultimas dos unidades con capacidad de 390 toneladas de desplazamiento y 13 nudos de velocidades máximas.
El comandante General de la Armada, al declarar en servicio el comando de la zona naval fluvial, ratificó que su comando tiene como función esencial la preservación de la soberanía nacional en los espacios fluviales acuáticos del país y la de contribuir al desarrollo integral de las cuencas del Orinoco y Río Negro y el mantenimiento de esos importantes recursos hidrológicos.
El contralmirante Escobar Ochoa asumió el comando de la Armada del Orinoco consiente de la importancia estratégica de la cuenca, de los inmensos recursos renovables y no renovables que encierra la extensa área geográfica, destacando entre ellos el agua como origen y causa de la vida misma y que viene a constituir el elemento principal a conservar.  Bendijo las instalaciones el capellán (contralmirante asimilado) Gino Bernadi,  se hizo entrega de las banderas a los comandantes de los buques y finalmente se firmó el acta de entrega en calidad de comodato de las instalaciones de la vieja Aduana de Ciudad Bolívar por parte del Instituto Nacional de Puertos a las Fuerzas Armadas Nacionales y se leyeron sendos mensajes del Presidente de la República y del Ministro de la Defensa. (AF)



jueves, 13 de septiembre de 2018

Pez extraño capturado en el Orinoco


En la mañana del 3 de junio (2009) ´fue pescado en el Orinoco un extraño pez ajeno a estas aguas dulce del río.  Posteriormente los expertos lo identificaron como un Róbalo (Dicentrarchus labrax) de buen tamaño, con 2 metros de longitud de la aleta caudal hasta la boca, un peso de 84 Kg. sin viseras, siendo así unos de los más grandes reportados hasta ahora en aguas del Orinoco. Según declaraciones que obtuvimos al entrevistar a uno de los  poseedores de este ejemplar.  “El Coco”, así se identificó, dijo que  fue atrapado a la altura de Panapana, a unos 20 Km. Río abajo de Ciudad Bolívar.  Capturado en un estrecho formado por unas lajas en este sector del río.

El gigantesco Róbalo fue exhibido y vendido en el Portal  de, uno de los expendios de pescado del La Carioca. Y es un pez que lamentablemente está en fase de extinción. (AF)

miércoles, 12 de septiembre de 2018

El Orinoco se va a a la mar


Agosto y abril son los extremos del Orinoco. En agosto llega a la plenitud de sus aguas en inminente desborde y en abril casi todo el caudal del invierno se ha terminado de ir al mar.
Los extremos no son deseables y no hay río que juegue más a los extremos que este río, hechura de Amalivac para comunicar a los pueblos. Es la leyenda.
Cuando sobrepasa la cota 17.9, acaba con poblados y sembradíos y cuando desciende como en 1923 a menos de dos metros sobre el nivel del mar, es casi imposible la navegación y se puede vadear de una costa a otra saltando entre riscos y bancos de arena.
Al menos es lo que dice el bachiller Ernesto Sifontes en una de sus mono­grafías del año 58: "Según la tradición —escribe—, en 1844 hubo una enorme crecida del Orinoco que subió hasta la cuadra Babilonia... En cuanto al nivel más bajo que conocemos, lo presentó el 23 de marzo de 1923 y fue entonces cuando se cortó, se pobló de playones arenosos con canales entre ellas y de troncos secos que impedían la nave­gación, incluso la de curiaras o cayu­cos, pudiéndose ir de una ribera a otra vadeando los canales o saltando por sobre las pequeñas islas".
Cuando se registra una gran crecida como la de agosto de 2018, es posible que el próximo abril el estiaje sea muy pronunciado, podría llegar a un extremo peligroso y cortar se como en 1923, pero los ribereños no creen en esa posibilidad. No creen que vayamos a un verano severo como el ocurrido en tiempo de la "humareda", 1925 y 1926 que se em­pataron los veranos y marcó la travesía por Guayana del Profeta Enoch,
Lo bueno del río cuando se ha desaguado, cuando todo el tributo de sus afluentes se lo ha chupado el mar, son sus negras piedras monumentales, su cadena de arrecifes y grandes bancos de arena que aquí llaman playones.
El playón célebre ya pasado de moda es el de la Cocuyera donde años atrás se veían además de las lu­ciérnagas alumbrando la noche, ranitas de dos centímetros, patos y cotúas. El playón de la Cocuyera, antes de ser amurallado, se extendía desde la antigua torre del telégrafo hasta los Castillitos que era el antiguo puerto de Los Cocos. Por el lado orien­tal de la ciudad hay otro playón que es el más frecuentado por los bañistas los fines de semana.  incontrolable.
El problema estriba en que no obs­tante ser tan llano como la mejor playa margariteña, tiene algunos pozos  que son como trampas y a los  Defensa Civil colocaba trapos rojos.
El playón de la Cocuyera como la Laja de la Sapoara dejaron de ser po­pulares para la pesca, el baño y los banquetes de sandías, desde  que amurallaron el frente de la ciudad para que en agosto no se metiera al río como tantas veces lo había hecho.
Otras playas o playones de blancas y límpidas arenas son los de Isla Oro­copiche, Playa Blanca frente a playa Chacón en Soledad, los Arenales de Buena Vista y San Rafael, la playita del Degredo y los arenales de Marhuanta.

El playón de la Cocuyera se llamaba antes "La Escollera" porque contiene un escollo pedregoso contra el cual chocó hasta hundirse el vapor "Guaya­na" el 26 de noviembre de 1862. En una crónica escrita  por el bachiller Ernesto Sifontes, observador penitente del Orinoco, decía que el pla­yón de la Cocuyera era como la ante­sala de Ciudad Bolívar: "Viniendo de Soledad por lancha, es el playón la pri­mera tierra guayanesa que se pisa, y si es tiempo de río seco, como lo es ahora, la impresión que el viajero re­cibe es gratísima, dados la blancura del paisaje y lo majestuoso de ese de­pósito de arena reluciente, particular­mente si es en noche de luna llena. Tiene también su parte en deportes de juegos atléticos entre muchachos, e igualmente cuando, en las noches de luna clara, partidas de gente joven se congregan allí a comer las ricas pati­llas de la estación y en otras inspiracio­nes del dios Eros". (AF)

martes, 11 de septiembre de 2018

El Rey Leopoldo exploró el Orinoco


El Rey Leopoldo III, de Bélgica, navegó y exploró el Orinoco n 1952 y al término de la expedición escribió  el libro “El Alto Orinoco en dos tiempos 1952-2005, editado por la Embajada de Bélgica en Venezuela y el cual recoge anotaciones minuciosas y fotografías tomadas por el propio monarca, al tiempo que ubica el periplo en imágenes satelitales.
            La publicación de la obra coincidió con el aniversario 175 de la independencia de Bélgica y los 50  de la elevación de la representación diplomática belga en Venezuela a nivel de Embajada.
            Relata la obra la expedición que el rey Leopoldo III de Bélgica rea­lizó por el gran río venezolano en 1952 y la cual generó una gran cantidad de material fotográfico y audiovi­sual.
En el libro se recogen las imá­genes fotográficas tomadas por el mismo rey durante la travesía, que habían estado guardadas en los archivos del Fondo Leopoldo III, institución estatal creada por el monarca y encargada de fomentar la exploración y con­servación de la naturaleza, con sede en Bruselas. La primera parte del volumen contiene imágenes captu­radas en 1952 y textos publicados en 1956, que en conjunto retratan la visión, el ambiente y el espíri­tu del momento histórico.
El segundo tiempo plasmado en la publicación reúne imáge­nes satelitales y de radar, obteni­das entre 2004 y 2005, que permi­ten reconstruir el relieve de una zona determinada, desde cual­quier ángulo. Estas gráficas están acompañadas por textos explica­tivos de la organización que las produce, llamada Infogea.
La navegación y exploración del monarca por el Orinoco fue casi el producto de una casualidad dada cuando se le presentó  un problema técnico al barco a bordo del cual navegaba por el Mar Caribe y tuvo que detenerse en Aruba. En ese momento el Rey Leopoldo decidió, por curiosidad, visitar Caracas. En esta ciudad conoció al direc­tor del Museo de Ciencias, J. M. Cruzent, quien había acompañado a la expedición franco-venezolana en la localización de  las nacientes del río Orinoco.  A partir de esas historias, Leopoldo III exteriorizó su interés y decidió volver para realizar una expedición.  De manera que en 1952, 10 hombres, entre los que se encontraban científi­cos, médicos, cocineros e intér­pretes, recorrieron por tierra y agua la zona del Alto Orinoco, donde tuvieron contacto con varias de las poblaciones indígenas. Durante un mes visitaron territorios prácti­camente inhóspitos y compartie­ron con comunidades que aún no habían recibido el embate de la civilización. La expedición fue una combinación de viaje de ocio y estudio etnográfico. La parte científica fue abordada por el Museo de Ciencias, represen­tado por su director en el grupo de expedicionarios. También fueron recolectados objetos de diferentes zonas para estudiar las similitudes y diferencias de las comunidades del lugar.
En 1956 se publicó en Bélgica un pequeño libro sobre la expedición y las conclu­siones derivadas de la interac­ción con la naturaleza y los indí­genas. No obstante,  las fotos publicadas eran sólo una muestra de la amplia informa­ción recopilada en el viaje, que actualmente custodia y difunde el Fondo Leopoldo III.
El Rey de los belgas fallecido el 25 de septiembre de 1983 en Bruselas, había abdicado a favor de su hijo Balduino cuando se dedicó a darle rienda suelta a su pasión por la antropología social y las expediciones científicas.  Con su segunda esposa y sus hijos vivió los últimos años de su vida en la propiedad real de Argenteuil, cerca de Bruselas.  En el 2005, con motivo del aniversario de la independencia de su patria, la Embajada publicó  “El Alto Orinoco en dos tiempos”.(AF)


Dragado del Orinoco



El 3 de julio de 1950, fue creada una Comisión Interministerial por la Junta Militar de Gobierno a fin de estudiar las dos vías propuestas por la Orinoco Mining Company para el transporte del mineral de hierro cuya explotación iniciaba en el Cerro Bolívar.
            Había dos propuestas en mesa: la del dragado del Orinoco - Caño Macareo y la construcción de un Ferrocarril Ciudad Piar-Guanta pasando por Ciudad Bolívar a través de un Puente sobre el Orinoco.
            La Comisión que estaba presidida por el Teniente coronel Luis Felipe Llovera Páez, acordó el dragado del Orinoco, atendiendo a un pronunciamiento de la Cámara de Comercio de Ciudad Bolívar que presidía don Natalio Valery, y así lo aceptó la OMC que inmediatamente realizó los estudios hidráulicos respectivos y contrató a los Astilleros de la Nacional Bula Carriers, en Kure, Japón, la construcción de una de las dragas mayores del mundo, la Draga Icoa.
             La Draga arribó al muelle de Puerto Ordaz en agosto de 1961 y el 14 del mismo mes inició sus operaciones de mantenimiento del canal  principal del Orinoco, desde Puerto Ordaz hasta Boca Grande, a la entrada del Océano Atlántico, en un trayecto de 185 millas náuticas.
            Las operaciones de dragado de este inmenso barco permiten conservar esa vía fluvial abierta a la navegación de buques de gran calado y por la cual se transporta mineral de hierro y otras materias primas así como productos industriales a los mercados internacionales.  Permite además la importación de insumos y maquinarias necesarias para el desarrollo de Guayana.
            En 1976, al nacionalizarse el hierro, la Draga Icoa pasó al patrimonio de CVG Ferrominera Orinoco y en septiembre de 1981, Ferrominera la traspasó oficialmente al Instituto Nacional de Canalizaciones en acto presidido por el entonces presidente de esa empresa ingeniero Aníbal La Riva.
En agosto de 2011, El ministro para las Industrias Básicas y Minería (Mibam), José Khan, se reunió con altos representantes de empresas de la República Popular China y acordaron la creación de una empresa mixta para el dragado en el canal del río Orinoco conformada por la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), el Instituto Nacional de Canalizaciones (INC) y una empresa china.
La empresa además se encargaría de comercializar dos insumos (arena lavada y piedra) para servir en la construcción de viviendas.
El dragado comenzó  dos meses después al entrar en operaciones la draga china, Xin Hai Hu (Nuevo Tigre Marino), luego de la firma del acta técnica en las instalaciones del Instituto Nacional de Canalizaciones,  el evento estuvo encabezado por el Vicepresidente del INC, Nelson Mariña; el presidente encargado de Ferrominera del Orinoco, Juan Aníbal Vásquez; el representante de consorcio China Comunications and Construction Company LTD (CCCC), Deang Honliing; a quienes acompañaron un grupo de la alta directiva y representantes sindicales de los trabajadores del INC; así como delegaciones de Ferrominera del Orinoco y del referido consorcio chino.
Se tenía proyectado dragar aproximadamente 37.4 millones de metros cúbicos de sedimentos en el canal exterior y 17.5 millones de metros cúbicos de sedimentos en el canal interior del río Orinoco, con el objeto de restaurar y mantener las profundidades mínimas necesarias que permitan el paso seguro de los buques que hacen puerto en los terminales de las empresas de ciudad Guayana.
Todo esto según lo contemplado en el convenio efectuado por el Gobierno  y el consorcio China Comunications and Construction Company LTD (CCCC), por un monto de 507.5 millones de bolívares.

Esto permitiría cumplir con los compromisos de exportación del mineral de hierro y otras cargas de minerales por el Orinoco.(AF)

sábado, 8 de septiembre de 2018

Las etnias del Orinoco Medio


Alexander Mansutti Rodríguez, ex-director del Centro de investigaciones antropológicas de la Universidad de Guayana, Doctor en Antropología y Etnología, hoy en Ecuador arrastrado por la diáspora, es autor de numerosos artículos sobre econo­mía, la etnohistoria y las relaciones ambientales de los Piaron y en el Orinoco Medio y tiene en su haber de investigador dos publicaciones: una, "Hipótesis sobre el poblamiento en el Orinoco Medio durante el período proto-histórico temprano", y otra, junto con Noel Bonneuil, doctor en matemáticas aplicadas y las Ciencias Sociales, sobre "Dispersión y asentamiento inter-fluvial llanero: dos razones de sobrevivencia étni­ca en el Orinoco Medio del Post-contacto".
El estudio, basado en una abundante bibliografía de los siglos XVI, XVII y XVIII, y el cual está contenido en la primera publicación, abarca una fracción extensa de la cuenca del Orinoco (341000 luns2) dominada por el paisaje de la sabana llanera y la selva húmeda tropical. Se trata, no obstante las limitaciones que oponen la baja calidad de los datos y en algunos casos el hiperbolismo de las crónicas del pasado, de reconstruir. el poblamiento del Orinoco Medio para constatar si las sociedades que hoy se investigan responden fielmente al potencial aborigen de adaptación al manejo de condi­ciones ambientales y socio-culturales en que se desen­vuelven o si, por el contrario, son consecuencia de un severo proceso simplificador que comenzó con la llegada de los europeos.
Mansutti propone como conclusión dentro de la irregular y heterogénea ocupación humana del espacio que se constata en el Orinoco Medio, un escenario en el que la población llanera era mayor por unidad de superficie que la población de selva húmeda tropical y explica que se debía a una serie de factores que los aborígenes tení­an la capacidad de regular de acuerdo con sus bondades y restricciones.
La segunda publicación se refiere al período que suce­de al primer contacto de las poblaciones indígenas con el europeo para determinar las razones de sobrevivencia étnica en el Orinoco Medio del post-contacto, tomando en cuenta, según se desprende de las crónicas estudia­das, que hubo un descenso brutal de la población.
Un descenso brutal en el que inciden factores de desorganización social, dispersión y destrucción oca­sionados por la violencia, el terror, los desmanes, las prácticas esclavistas y las enfermedades que cundían en incontrolables epidemias.
A la luz de las crónicas de jesuitas y seglares entre los años 1681 a 1804 y conforme a sus características ambientales y sociológicas, se estudiaron 40 grupos étnicos que estaban asentados en el Orinoco Medio y luego mediante resultados censales muy posteriores y procedimientos y técnicas estadísticas determina los grupos extinguidos y sobrevivientes.
Y no sólo los determina sino que precisa los factores que favorecieron la sobrevivencia de algunos grupos étnicos del Orinoco Medio -once en total- que según las conclusiones del trabajo, fueron la dispersión y el hábi­tat inter-fluvial llanero unido a otros valores como la distribución de la población. El hábitat inter-fluvial lla­nero es representado sólo por los Guahibos, quienes sobreviven vigorosamente a la debacle en tanto que pueblos como Maypure y Caberre desaparecen debido a las epidemias y a la esclavización masiva. El mecanis­mo ecológico se distingue como factor importante de sobrevivencia, pues "mientras más disgregada y menos interdependiente estaba la población de una etnia, mayores eran las probabilidades de perpetuarse como grupo. Al contrario, mientras más agrupadas especial­mente y/o cercana a los centros de mayor concentración de colonización estaba la población de un grupo, mayores eran las posibilidades de extinguirse”. (AF)



Pez del Orinoco con aire de intelectual


Un lau-lau que lucía un bello par de anteojos de hombre ra­na fue pescado en el estuario orinoquense  por el marino de una barcasa. Lo más extraordinario del ca­so es que las gafas se hallaban colocadas en posición correcta en la cabeza de este lau-lau con aires de in­telectual. A juzgar por la cica­triz causada por el elástico, el pez las llevó puestas un tiempo bastante largo, probablemente un año o más. (AF) 

viernes, 7 de septiembre de 2018

Natación en el Orinoco


El domingo 26 de septiembre de 1954, una prueba de natación realizada en el Orinoco, organizado por el profesor del instituto de Comercio Dalla Costa, profesor de inglés Jorge Suikwoski, de nacionalidad ecuatoriana, muy activo y estaba en todo dando lugar a que un periodista publicara un artículo titulado “El Múltiple Profesor Suikwoski” 
La prueba de natación fue cumplida desde Playa Blanca en Soledad, hasta el Mirador Angostura y ganada por el nadador José Ángel Fernández. 
Fernández pudo dominar las corrientes en una distancia de 3.000 metros.  La prueba disfrutada por un público alborotado a todo lo largo del malecón, tuvo lugar en horas tempranas de la mañana y cuando el río cabeceaba para emprender su lento descenso.  Oscar García, quien en pruebas  posteriores destacaría, llegó en cuarto lugar lejos.
     El 13 de diciembre del mismo año se realizó otra competencia con mujeres de Perro Seco y una campeona de Yugoslavia de nombre Elena Develac,  vencida por la joven Crucita Ramírez.  Otra Crucita, pero de apellido Ramos, arribo en el tercer lugar.
     Esta Crucita Ramos, además de excelente nadadora, practicaba el Kun Fu y cuenta que una noche estando sola en su casa mientras su marido estaba en la Siderúrgica, se le metió un ladrón en la casa.  Le aplicó varias llaves de arte marcial y lo puso en fuga.  Lo curioso del caso es que luego salió a poner en alerta a los vecinos y cuando éstos salieron, cayó desmayada.
     Ese día el Ferry Angostura permaneció inactivo y los parroquianos creían era para no perturbar la prueba de natación, pero luego se percataron de que fue por un accidente:  El Mirador de la Zapoara que había sido levantado por el Gobierno en  las inmediaciones de la Laja con el nombre de “Mirador Sifontes” se vino al agua al ser embestidas sus columnas por la proa del Ferry, dominado su timón por corrientes encontradas del Orinoco.
     A bordo del Ferry había llegado ese día  Carlos Ochoa, copropietario de la emisora de Puerto La Cruz “Ondas Porteñas” .  Llegó a Ciudad Bolívar con el objeto de entrevistarse con el profesor José Francisco Miranda, interesado en la compra de “Radio Bolívar”.  Estuvo ofreciendo cien mil bolívares, pero Fitzí le respondió que la radio no estaba en venta. Más tarde se arrepentiría pues llegó a entenderse con el Catire Isturiz, quien había enviado a sondear esa posibilidad con José Antonio Fernández.
     También había llegado esos días,  por avión, Vitelio Reyes “El Hombre del Lápiz Rojo” que censuraba en la prensa nacional las informaciones y artículos de opinión contra el régimen de Marcos Pérez Jiménez.  Visitaba Ciudad Bolívar para dictar una conferencia en el Auditorio Simón Rodríguez.  Por supuesto contra la libertad de prensa. Se escapó de milagro, toda vez que el  avión de la Línea Aeropostal, identificado con las siglas YV-C-AMP, se estrelló luego contra un cerro  El Pao, en dirección al aeródromo de Tumeremo y perecieron en el siniestro su piloto David Quintero y el copiloto Rafael Rodríguez.

La noticia se supo por Radio Bolívar luego de interrumpir una cuña de la Sears Roebuck de Venezuela.  Ubicada en el Paseo  Falcón se promocionaba así “Llegó hasta el río Orinoco en Ciudad Bolívar la Sears.  Como siempre, está a las ordenes con su tema universal “Compre hoy y pague mañana”.  En su aniversario, la Sears solía  nombrar “Gerente por siete días” a uno de sus empleados con  notable rebaja de su mercadería que atraía a gente de todas partes y a la cual por cierto promocionaba en su traje de baño la nadadora Crucita Ramírez. (AF)

jueves, 6 de septiembre de 2018

El niño que cruzó el Orinoco


Entre los atractivos de la Primera Gran Feria del Orinoco  en 1967, destacaron los eventos deportivos, sumado a ellos como realmente conmovedor, el cruce a nado del Río Padre por el niño Gustavo Suikowski, de ocho años de edad.
            Gustavo, hijo del Profesor Suikowski, del Instituto de Comercio Dalla Costa, se lanzó al río desde el Puente Angostura y nadó seis kilómetros  hasta El Mirador en la Playa de la Cocuyera, donde fue recibido por la multitud que lo colmó de aplausos y besos.  Por supuesto, la Junta de Feria le entregó un trofeo.
            La carrera de motos en circuito cerrado, se realizó en la zona residencial de Vista Hermosa y participaron delegaciones de Aragua, Carabobo, Distrito Federal, Guárico, Portuguesa y Bolívar.   La primera prueba, 50 cc y con promedio de 85, 4 kilómetros por hora fue ganada por Armando Díaz, del Estado Bolívar.  Segundo, Víctor Bracamonte (DF) y tercero Julio Darrimple, de Bolívar.
            La segunda competencia de 100 cc la ganó Adamo Tursini, de Miranda y la tercera y última, de 250 cc, con promedio de 125,3 kilómetros por hora fue para el representante del Distrito Federal, Pedro Betancourt.
            El Clásico Primera Gran Feria del Orinoco correspondió a la quinta carrera del programa hípico del Hipódromo Municipal y fue ganado brillantemente por el ejemplar “Monte Hermoso”, conducido por Pedro Celestino Hernández.  En segundo lugar llegó “Volante” y tercero el caballo “Tresillo”.
            El Trofeo Primera Gran Feria del Orinoco en el Cuadrangular de Béisbol amateur, entre Bolívar, Aragua, Anzoátegui y Distrito Federal, lo ganó, score de 6x2, el equipo de Anzoátegui frente al Distrito Federal con pitcheo y bateo ejemplares del pelotero Juan Hernández.
            La competencia de natación se realizó en distancia aproximada de seis kilómetros, comprendida entre el Puente Angostura y el Mirador. Fue ganada por Miguel Itriago, de 23 años, representante de la Embotelladora Orinoco. En segundo lugar, llegó Mario Martínez Araya, representante de la PTJ y en tercer puesto, Pedro Martínez. Los otros participantes fueron Ramón Torrealba, Pedro Mendoza y Juan Mejías. La prueba se inició a las 11:45 del 15 de enero y terminó a las 12:15. Hubo gran afluencia de gente a lo largo del Paseo Falcón presenciando el evento.
            La carrera de motos en circuito cerrado se efectuó en la zona residencial, de Vista Hermosa, con la participación de Aragua, Carabobo, Portuguesa, Bolívar y Guárico. La primera prueba, 50 cc con promedio de 85.400kms, por hora, fue ganada por Armando Díaz, quien corrió representando al Estado Bolívar. De segundo llegó Víctor H. Bracamonte, del Distrito Federal y de tercero Julio Darrimple, de Bolívar.
            El famoso periodista norteamericano Drew Pearson estuvo como invitado disfrutando de la Feria del Orinoco y destacó la importancia extraordinaria de Guayana para el futuro de Venezuela,  En Guayana está “el nudo básico del desarrollo nacional”.  Ningún país de América ha sido tan bien dotado por la naturaleza, ni puede ufanarse de tener un régimen institucional tan sólido como Venezuela.
            Por su parte, Germán Arciniegas, escritor y periodista colombiano, opinó que el Puente Angostura es una obra fundamental que complementa los otros aspectos que viene cubriendo el Gobierno venezolano para transformar una región ayer selvática, en una cantera de progreso.
            Se me antoja, dijo por su parte  el periodista García Peña, director de “El Tiempo” de Bogotá,  que este maravilloso Puente de Angostura que acaban de inaugurar es el símbolo del salto hacia el futuro que ha dado Venezuela y que hace olvidar la etapa pastoril de Juan Vicente Gómez para visionar un panorama que halaga a las nuevas democracias de América.(AF)



miércoles, 5 de septiembre de 2018

Los Vegueros del Orinoco


El Gobierno del ingeniero Raúl Vásquez Zamora, manifestó preocupación por los vegueros del Orinoco, dada su vida inestable, azarosa, errante, siguiendo islas y vegas durante el estiaje para hacerlas fructificar, y refugiándose durante el invierno lluvioso en cualquier rincón alto de la ribera.
          Los vegueros, o lo que es igual, campesinos de capotera  y canalete, que cultivan tierras movedizas de las islas y costas bajas del Orinoco, llevan  vida difícil, inquieta, nómada, estrecha, pobremente sencilla.  Distinto a lo común, no cultiva en invierno sino cuando comienza el verano ya que sus sitios de siembra son las islas y las partes bajas de los recodos de los ríos y tales sitios durante la estación invernal están cubiertos por
las aguas.
            Al iniciarse el estiaje, va al mismo tiempo cultivando la tierra que va dejando atrás el descenso lento de las aguas.  Aprovecha la humedad concentrada que durará varios meses y el rico abono de los materiales sedimentarios depositados por el río.  Cuando el verano llega a su término, ya la semilla se ha convertido en fruto maduro que el veguero cosecha, empaca y embarca a bordo de su curiara india y lleva al puerto más cercano para ofrecerlo al mejor precio.
            El retorno del veguero es triste porque ya no podrá vivir en el mismo sitio, pero lo deja limpio, libre de abrojos y chamizas.  Navega en su curiara y busca un paraje alto a la margen del río y allí se acomoda con su familia a esperar que mengüe la lluvia.  Muchas veces cuando regresa de vender sus frutos, el río ha vuelto a subir y arrasado con sus cosas.
            La idea del Gobernador nunca materializada, era romper con esa rutina improductiva del veguero que lo aislaba de las conquistas sociales y económicas establecidas en la Ley de Reforma Agraria.        Una comisión gubernamental que estudió el problema propuso la ejecución de pequeños asentamientos en las partes altas del Orinoco de manera que durante el invierno ellos pudieran continuar una vida activa y segura para la familia.  
            Los vegueros del Orinoco son familias diseminadas a lo largo de las costas del Sur del Guárico y Norte del Estado Bolívar. Conocidos son en los puertos de mercadeo las vegas e islas  de  zonas de Parmasa, El Brisote, Cabruta, Caicara y Las Bonitas.  Los padres y sus hijos continúan la tradición de los abuelos trabajando las tierras anegadizas del Orinoco sin más herramienta que el machete bien afilado y los artefactos de madera que el ingenio y la experiencia les deparan para labrar mejor la tierra que le abona el mismo río y siempre buena para la siembra del algodón de fibra larga o corta, el frijol, la patilla y el melón que sacan hacia fuera y para el consumo familiar, el topocho, la yuca y otras verduras
            El veguero del llano es distinto al del Orinoco, vive dentro de los hatos, macilento y miserable, explotado por los caporales.  Una idea de él nos la describe Gallegos en su novela “Cantaclaro” con Juan el Veguero en dialogo con Florentino que después de devorar leguas en su caballo llega todo hambriento a su rancho y sólo encuentra un topocho mal asado y una yuquita zocata.
            La vida del veguero del Orinoco la capta y exhibe muy bien en un cortometraje el cineasta guariqueño Carlos Gómez.  El filme presentado en el sexto festival de cine documental de Caracas 2011, está ambientado en las costas del Orinoco Medio durante el período de cosecha que es el momento más importante y difícil del año para este resignado labriego del río.(AF)




martes, 4 de septiembre de 2018

Los voladores del Orinoco


Voladores o Papagayos multicolores solían en el paseo invadir el cielo de la ciudad eternamente recostada sobre el Orinoco. Chicos y grandes hacían posible una tarde inolvidable y los viejos hacían memoria y contaban historias  de las jubilosas temporadas de vientos fuertes para montar los artefactos de papel y varilla justamente cuando no había aviones sino gaviotas y zopilotes surcando el cielo de Angostura.
Todavía en 1969, tiempo de cuaresma, cuando la brisa sopla abundante desde el Este y los voladores, papagayos, cometas y barriletes, no tardaron en remontar el cielo ya teñido por el crepúsculo que se filtraba desde el occidente por los claros del puente Angostura hasta reflejarse de lleno sobre el Orinoco.
Aquí frente a la piedra del Medio y desde la zona ribereña del Mirador Angostura, la juventud montaba con emocionado orgullo sus multiformes voladores.
La gente de toda edad, clase y tamaño se acomodó en las gradas de una tribuna colocada por soldados del ejército y los que no encontraron espacio, cubrieron inquietos los alrededores hasta tocar con sus pies al río de las sietes estrellas. Fue un espectáculo hermoso, una tarde especial para los niños.
Hubo premios, desde una bicicleta hasta un par de patines y reloj de pulsera para los chicos más expertos en montar sus voladores. Los hubo de todos los tamaños y de la más variada formas, con doble cola, escalonadas de puntillas cortantes y sus hilos largos, tensos y con grandes barrigas que se perdían en el aíre. Voladores con trompetas y papeletas que vibraban ruidosamente, los que daban vuelta y respondían a las más estilizadas y ágiles figuras.
La emocionante diversión de los papagayos que había desaparecido de estas tierras desde que se iniciaron los vuelos espaciales, tomó vida de nuevo con motivo del Festival del Niño que aquí prácticamente se había afincado y que culminaba el 24 de diciembre con el gran reparto de confites y regalos.
En los países orientales como China y Japón, el juego  es antiquísimo y en Venezuela este  arte y afición  nos vienen desde la Colonia, al igual que en otros países de la América Latina como México y Cuba, donde nuestro tradicional volador recibe el nombre bonachón de “Papalote”.
En nuestro país, además de cometa y volador, también se le dice “Papagayo” y “barrilete” y los hay de formas múltiples representando peces, pájaros, mariposas, murciélagos, mujeres y hasta instrumentos musicales, provistos de una cola larga y una lengüeta de papel tras la trompeta que vibra con el viento.
El tráfico de la ciudad moderna, los postes y tendidos del alumbrado eléctrico prácticamente han acabado con el cometa. También los aviones que vienen siendo grandes e invencibles competidores.
La emoción del papagayo prácticamente se ha perdido y solamente de él está quedando el recuerdo o la vivencia trasladada a los libros, como esta de Juan Rulfo, en “Pedro Páramo”:
Pensaba en ti, Susana. En las lomas verdes, cuando volábamos papalotes en la época del aire. Oíamos allá abajo el rumor viviente del pueblo mientras estábamos encima de él, arriba de la loma, en tanto se nos iba el hilo de cáñamo arrastrado por el viento.
“Ayúdame Susana”. Y unas manos suaves  apresaban  nuestras manos. “Suéltame más hilo.
El aire nos hacía reír, juntaba la mirada de nuestros ojos, mientras el hilo corría entre los dedos detrás del viento, hasta que se rompía con un leve crujido como si hubiera sido trozado por las alas de algún pájaro. Y allá arriba, el pájaro de papel caía en maromas arrastrando su cola de hilacho, perdiéndose en el verdor de la tierra.  (AF)   



lunes, 3 de septiembre de 2018

Panorama del Hombre del Orinoco


En 1969, el doctor Jorge Armand hijo, Director del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UDO, me informó tener indicios de ciertas regiones de Guayana de donde mineros le habían traído muestras de piezas que parecen tener una edad entre 15.000 y 17.000 años.
Consideraba que estas piezas son sumamente importantes para el conocimiento del origen del hombre en Venezuela y de la América en general. Las piezas tienen una gran semejanza con las halladas por el doctor Cruxent en el Estado Falcón, y fueron más tarde incluidas en una exposición previa al 12 de octubre, Día de la Raza, que presentó al público de Guayana y que tituló “Panorama del Hombre del Orinoco”.
El doctor Armand reveló también haber realizado excavaciones arqueológicas en una zona próxima al sitio donde fueron localizados los petroglifos de Guri, y determinado la existencia de un antiguo cementerio en el cual resaltan las características  de que los enterramientos eran sólo de cráneo dentro de una vasija de cerámica, sin ningún otro aditamento. Este cementerio, de acuerdo con el método de carbón catorce practicado por el IVIC, tiene una edad aproximada de 2.030 años. El doctor Armand dijo que los petroglifos de Guri deben tener esa misma edad  y se lamentó que la mayoría de ellos queden sumergidos en el Lago de la Represa  sin que ninguna institución muestre interés por recatarlos.
            Expresó que tiene una lista de zonas para ser exploradas y que forman parte de su programa de investigación. Entre esas zona citó a Candelaria, donde los bañistas han dañado algunos grabados valioso sin reparar que existe una Ley de Protección y Conservación de obras, artísticas y antiguas que establecen sanciones contra quienes dañen un documento de esta naturaleza.
            Las observaciones y sugerencias de Armand fueron tomadas en cuenta cuando la CVG-Edelca acometió lo que conocimos como “Operación Rescate” antes del llenado del Lago de Guri que iba a alimentar las turbinas hidroeléctricas y posteriormente, el Gobernador Manuel Garrido Mendoza emitió un decreto disponiendo la protección de los objetos prehispánicos y prohibiendo su comercio y salida fuera de Guayana.
            Jorge Armand, debido al poco interés y carencia de recursos universitarios,  estuvo escaso tiempo frente al Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UDO.  De manera que no vio otra salida que separarse y optar por el ofrecimiento que le hacían desde otros centros de estudios universitarios en la India, a donde fue a parar.  Años después lo vimos a través de informaciones de prensa,  encabezando el grupo de antropólogos de distintas especialidades que tenían a su cargo llevar adelante el proyecto de rescatar los valores arqueológicos de la isla de Cubagua, la antigua Nueva Cádiz de los españoles conquistadores y colonizadores, proyecto que dolorosamente quedó frustrado al quedar inconclusas las actividades por falta de recursos y asistencia del Ministerio de la Cultura.
Jorge Armand siempre ha sido un profesional inquieto, no se quedó siguiendo el destino de muchos, como simple Antropólogo, sino que realizó Postgrados en Francia, Alemania, Holanda y la India. Doctorado en Arqueología (Ph.D). Hasta ahora suma importantes excavaciones arqueológicas en la India y en Venezuela y  ha publicado numerosos artículos y libros sobre su especialidad. Profesor Titular de la Universidad de Los Andes. Sobre su experiencia arqueológica en Nueva Cádiz de Cubagua,  prepara un libro por encargo de la Fundación Francisco Herrera Luque.

Nueva Cádiz fue la primera ciudad fundada en Venezuela.  Constaba de cuatro calles y dos avenidas. Los colonos abandonaron la ciudad en 1543, después de agitar los yacimientos de perlas.  Antes un Tsunami, ocurrido el día de Navidad de 1541, le causó grandes daños.  (AF)

domingo, 2 de septiembre de 2018

Recursos hidroeléctricos del Orinoco



Estudios realizados en 1976, en su fase preliminar, comprobaron la existencia de recursos hidroeléctricos en el río Orinoco, pero en cuyo aprovechamiento habrían de considerarse aspectos limítrofes de integración binacional.
Como se sabe, el Orinoco colinda con 9 Estados y 17 vierten sus aguas en él centro de una cuenca que abarca 600 mil kilómetros cuadrados dentro del territorio nacional y 300 mil más allá de nuestras fronteras.
Los estudios se realizaron mediante un convenio entre la Corporación Venezolana de Guayana, el Ministerio de Obras Públicas y el Instituto Nacional de Canalizaciones para el aprovechamiento del río Orinoco y sus afluentes. Se estimó una potencialidad de 2.000 megavatios en los solos sitios de Atures y Maipures.
Dicho convenio implicó planificación, programación, método para la recolección de información de campo y estudios mediante modelos hidráulicos, físicos o matemáticos y otras investigaciones. Igualmente establece verificar en lo posible el comportamiento de las obras que proyectan cada uno de los organismos que lo firman, para el aprovechamiento integral del sistema fluvial, especialmente en lo referente a la navegación, protección contra inundaciones, recuperación de tierras y desarrollo hidroeléctrico.
El anuncio de aprovechar el potencial hidroeléctrico del Río Orinoco, inmediatamente  suscitó inquietud en el seno de los ecologistas y biólogos como Daniel Novoa (en la foto), por las consecuencias negativas que podría tener la ejecución de ese proyecto en el ciclo de vida de la ictiofauna orinoquense.  Sin embargo, Rafael de León y Alberto Rodríguez Díaz, destacaban la gran importancia que adquiría el saber de este potencial hidroeléctrico del Orinoco ante la crisis energética mundial y los problemas de contaminación ambiental por los productos de la combustión de los combustibles fósiles.
Afirmaban que el conocimiento de esta importante fuente de energía es fundamental tanto para la programa­ción del uso de todos los recursos energéticos como para la programación del recurso agua.
Entre los factores que favorecen el máximo uso del recurso hidroeléctrico, mencionaban que es un recurso energético renovable, prácticamente inagotable y de una magnitud tal que su uso resulta en un ahorro considerable de los recursos energéticos no renovables limitados en cantidad, los cuales pueden destinarse a otros usos más rentables en consonancia con su valor intrínseco.
Por otro lado, los aprovechamientos hidroeléctricos no producen contaminación ambiental, a diferencia de la generación termoeléctrica que constituye una de las causas principales de este problema.
La utilización del recurso agua para la producción de energía eléctrica con­lleva la necesidad de conservar los bosques de las cuencas tributarias.
Los embalses contribuyen a la regulación de las crecidas y pueden ser uti­lizados para el cultivo de peces y en general para el estímulo de la vida animal y vegetal.
La experiencia mundial ha demostrado que donde están disponibles, a bajo costo, miles de kilovatios de energía hidroeléctrica para usos metalúrgicos y particularmente para la producción de aluminio, resulta económico construir grandes fábricas en los sitios de las plantas, siempre que existan, por supuesto, facilidades de transporte. Es un principio básico que el mercado va a los sitios donde se desarrollan grandes cantidades de energía a bajo costo.
Los adelantos tecnológicos en trasmisión de energía eléctrica permiten el aprovechamiento hidroeléctrico disponible en sitios ubicados a considerable distancia de los centros de consumo.
Afirmaban que en la medida en que aumente la carestía del combus­tible fósil crecerá la demanda de hidroelectricidad y, por ello, consideraban  de primordial importancia para el desarrollo y aprovecha­miento de la cuenca del Orinoco, ejecutar un estudio que contribuya a orientar la planificación y permita evaluar el potencial hidroeléctrico aprovechable en las cuencas de los ríos Orinoco, Cuyuní y Río Negro.(AF)