La pesca en el Río Padre cobra importancia
debido a una disminución relativa de la oferta del pescado de mar atribuible a
una sobre explotación de nuestros recursos marítimos a los largo de las costas
venezolanas, agravada por métodos de pesca, como el arrastre, que hacen
verdaderos estragos.
Daniel Novoa, quien fue jefe del proyecto
pesquero de la División
de Desarrollo Agrícola de la CVG
y autor del libro “Los Recursos Pesqueros del río Orinoco y su explotación” que
acopia parte sustancial de las investigaciones que junto con su homologo Freddy
Ramos realizó durante un decenio subraya la importancia comercial de la pesca
en el río padre de todos los ríos de Venezuela.
Desde puerto Ayacucho hasta el
delta, salen todos los años 10 mil toneladas de pescado, con prácticas
artesanales tradicionales, equivalente al 15% de la producción nacional que es
de unas 200 mil toneladas anuales.
El pescado que se produce en el
Orinoco va hacia los centros de consumo a través de tres canales de
distribución: uno situado en el eje Caicara – Cabruta, desde donde salen 4
toneladas al año dirigidas al mercado centro occidental del país; otro canal es
el de Ciudad Bolívar al sur de Anzoátegui y Monagas y, el tercero, que va de la
zona del Delta y Barrancas al Oriente, Caracas y Ciudad Guayana.
Pero del Orinoco sólo se explota
la cuarta parte de un potencial que ha sido estimado en 45 mil toneladas. ¿Por que? Novoa explica que no tenemos
tradición de consumo masivo de pescado de río, por una parte y, por otra, que
no ha sido delineada una política clara ni ha habido tampoco una intención de
desarrollo sostenido del sector.
Caicara y Cabruta conforman el polo de
producción más importante del Orinoco, especialmente en lo que respecta a
cachama y curbinata. Le sigue el sector comprendido entre Las Majadas y Ciudad
Bolívar donde cobra importancia la curbinata, el rayao, el coporo,
especialmente este ultimo en un 60%. Finalmente el Delta donde el morocoto, el
lau-lau, el dorado y el blancopobre ocupan el puesto principal. Además en el
Delta se explota el busco o curito en un promedio de 1.200 toneladas que va
directamente a los mercados de Sucre y Trinidad.
La ictiomasa del Orinoco ha sido cuantificada
por el departamento pesquero que funciona en esta ciudad, en 400 especies, pero
sólo la Sapoara ,
el Coporo, el Busco, y en cierto modo el Rayao han sido científicamente
estudiados. Los biólogos Novoa y Ramos han iniciado sus estudios por estas
especies porque son importantes desde el punto de vista económico y las más
abundantes también. El proceso de investigación ha arrojado luces sobre facetas
desconocidas de estas especies como las migraciones. Las conductas particulares
de la Sapoara ,
por ejemplo, son muy interesantes.
La pesca explotable del Orinoco se
incrementaría si el río dispusiera de infraestructuras adecuadas para los
principales puertos de actividad pesquera. De Puerto Ayacucho hasta el Delta no
se ve ningún tipo de acopio con facilidades de puerto, con planta de hielo,
planta de procesamiento y otros servicios indispensables. La pesca sigue siendo
tradicional y ausente de verdaderos planes de financiamiento y de protección.
Mientras tanto el pescador es castigado brutalmente con los precios de los
insumos y la pesquería se verá condenada si no se toman urgentes medidas de
protección. Las redes que en 1978 costaban 59 bolívares el kilo han subido a
120. Una caja de 100 anzuelos que antes costaba 20 bolívares, hoy cuesta cien.
La gasolina de 0,10 ha subido a 0,80 y
todo ello incide en unos costos de producción insostenibles.
Para los primeros meses del año
siempre la pesca disminuye en el Orinoco porque generalmente es la época
crítica del estiaje. El río se prepara para el acenso, las aguas comienzan a
enturbiarse y el pescado se esconde según el decir de algunos pescadores como Alí
Luces y el viejo Óscar Castro (Corocoro). El Orinoco llega ente marzo y abril a
su nivel más bajo (2,50
metros aproximadamente) y desde ese nivel comienza a
subir y a bajar por unos días. Es cuando
los ribereños dicen que “esta cabeceando” y cuando el río cabecea es porque en
sus cabeceras ha comenzado a llover. La pesca
en el Orinoco entonces se hace escasa y desde Puerto la Cruz y Cumaná se incrementa
el transporte de pescado de mar hacia Guayana. Época de estiaje, kilómetros y
kilómetros de playas se pierden de vista y los amantes del sol y la arena se
preparan para la tradicional zambullida de Semana Santa.(AF)
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