domingo, 16 de septiembre de 2018

IMPORTANCIA COMERCIAL DE LA PESCA EN EL ORINOCO


La pesca en el Río Padre cobra importancia debido a una disminución relativa de la oferta del pescado de mar atribuible a una sobre explotación de nuestros recursos marítimos a los largo de las costas venezolanas, agravada por métodos de pesca, como el arrastre, que hacen verdaderos estragos.
     Daniel Novoa, quien fue jefe del proyecto pesquero de la División de Desarrollo Agrícola de la CVG y autor del libro “Los Recursos Pesqueros del río Orinoco y su explotación” que acopia parte sustancial de las investigaciones que junto con su homologo Freddy Ramos realizó durante un decenio subraya la importancia comercial de la pesca en el río padre de todos los ríos de Venezuela.
Desde puerto Ayacucho hasta el delta, salen todos los años 10 mil toneladas de pescado, con prácticas artesanales tradicionales, equivalente al 15% de la producción nacional que es de unas 200 mil toneladas anuales.
El pescado que se produce en el Orinoco va hacia los centros de consumo a través de tres canales de distribución: uno situado en el eje Caicara – Cabruta, desde donde salen 4 toneladas al año dirigidas al mercado centro occidental del país; otro canal es el de Ciudad Bolívar al sur de Anzoátegui y Monagas y, el tercero, que va de la zona del Delta y Barrancas al Oriente, Caracas y Ciudad Guayana.
Pero del Orinoco sólo se explota la cuarta parte de un potencial que ha sido estimado en 45 mil toneladas. ¿Por que? Novoa explica que no tenemos tradición de consumo masivo de pescado de río, por una parte y, por otra, que no ha sido delineada una política clara ni ha habido tampoco una intención de desarrollo sostenido del sector.
            Caicara y Cabruta conforman el polo de producción más importante del Orinoco, especialmente en lo que respecta a cachama y curbinata. Le sigue el sector comprendido entre Las Majadas y Ciudad Bolívar donde cobra importancia la curbinata, el rayao, el coporo, especialmente este ultimo en un 60%. Finalmente el Delta donde el morocoto, el lau-lau, el dorado y el blancopobre ocupan el puesto principal. Además en el Delta se explota el busco o curito en un promedio de 1.200 toneladas que va directamente a los mercados de Sucre y Trinidad.
            La ictiomasa del Orinoco ha sido cuantificada por el departamento pesquero que funciona en esta ciudad, en 400 especies, pero sólo la Sapoara, el Coporo, el Busco, y en cierto modo el Rayao han sido científicamente estudiados. Los biólogos Novoa y Ramos han iniciado sus estudios por estas especies porque son importantes desde el punto de vista económico y las más abundantes también. El proceso de investigación ha arrojado luces sobre facetas desconocidas de estas especies como las migraciones. Las conductas particulares de la Sapoara, por ejemplo, son muy interesantes.
            La pesca explotable del Orinoco se incrementaría si el río dispusiera de infraestructuras adecuadas para los principales puertos de actividad pesquera. De Puerto Ayacucho hasta el Delta no se ve ningún tipo de acopio con facilidades de puerto, con planta de hielo, planta de procesamiento y otros servicios indispensables. La pesca sigue siendo tradicional y ausente de verdaderos planes de financiamiento y de protección. Mientras tanto el pescador es castigado brutalmente con los precios de los insumos y la pesquería se verá condenada si no se toman urgentes medidas de protección. Las redes que en 1978 costaban 59 bolívares el kilo han subido a 120. Una caja de 100 anzuelos que antes costaba 20 bolívares, hoy cuesta cien. La  gasolina de 0,10 ha subido a 0,80 y todo ello incide en unos costos de producción insostenibles.
Para los primeros meses del año siempre la pesca disminuye en el Orinoco porque generalmente es la época crítica del estiaje. El río se prepara para el acenso, las aguas comienzan a enturbiarse y el pescado se esconde según el decir de algunos pescadores como Alí Luces y el viejo Óscar Castro (Corocoro). El Orinoco llega ente marzo y abril a su nivel más bajo (2,50 metros aproximadamente) y desde ese nivel comienza a subir y a bajar por unos días.  Es cuando los ribereños dicen que “esta cabeceando” y cuando el río cabecea es porque en sus cabeceras ha comenzado a llover. La pesca  en el Orinoco entonces se hace escasa y desde Puerto la Cruz y Cumaná se incrementa el transporte de pescado de mar hacia Guayana. Época de estiaje, kilómetros y kilómetros de playas se pierden de vista y los amantes del sol y la arena se preparan para la tradicional zambullida de Semana Santa.(AF)


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