Autoridades del
Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales liberarón en junio de 2001,
en el estado Apure, 117 Caimanes del Orinoco criados en
cautiverio. La acción se llevó a efecto en el refugio de Fauna
Silvestre y Reserva de Pesca Caño Guariquico, ubicado en el mencionado estado
llanero, en el que estuvo presente la Ministra del Ambiente y de los Recursos Naturales,
Ana Elisa Osorio, el Viceministro Alejandro Hitcher y e1
Gobernador de esa entidad federal, así como otras personalidades. Estos 117 animales comienzan una nueva
etapa de su vida específicamente en El Paso Los tolones; localizado en el hato San Francisco, en Apure. La liberación sistemática
de animales criados en cautiverio se inició en Venezuela hace unos 20 años, lo que ha permitido regresar a su entorno
natural a más de 2 mil Caimanes del
Orinoco, animal que figura en las estadísticas como una de las 10 especies más amenazadas de extinción en el mundo.
Los ejemplares liberados
proceden de los zoocriaderos de los hatos Masaguaral y Puerto Miranda, ambos ubicados en el estado Guárico.
Miden más de 70 centímetros de largo,
lo cual los ubica en su etapa juvenil, aptos para crecer y desarrollarse
favorablemente en condiciones naturales.
Se puede decir que la depredación de la especie
comenzó a finales de los años 20 cuando se inició la explotación comercial del Caimán
del Orinoco, con el propósito de aprovechar su piel y venderla en el mercado
peletero internacional. A mediados de los años 30 esta actividad alcanza su
máximo nivel, y en San Fernando de Apure, centro del comercio de
la especie,
se vendían entre 3.000 y 4.000 pieles diarias. Aunque la sobreexplotación de
sus poblaciones llevó al colapso a la industria peletera a principio de los
años 50, todavía son capturados por cazadores oportunistas. Actualmente, la
principal amenaza para la especie es la destrucción del hábitat. La mayor
población conocida, ubicada en los ríos Cojedes y Sarare en el Estado Cojedes,
está amenazada por el desarrollo de un sistema de canales que forma parte de
proyectos para el desarrollo agrícola, y se estima que el hábitat natural
remanente puede ser destruido en menos de tres años. En otras zonas, los ríos
se encuentran bajo la influencia de actividades mineras, agrícolas e
industriales, lo que ha producido la contaminación de sus aguas y la reducción
del hábitat utilizable por la especie. Adicionalmente, el saqueo de nidos para
extraer los huevos con fines de subsistencia y la venta de caimanes recién
nacidos a turistas, son actividades que cobran importancia como factores de
riesgo, especialmente si se considera el tamaño reducido de las poblaciones
actuales. Por otra parte, algunos caimanes son atrapados accidentalmente en
redes de pesca a las que son atraídos por los peces capturados. Si al momento
de recoger las redes los cocodrilos aún se encuentran vivos, son generalmente
ofrecidos para la venta, pero en caso de que mueran ahogados, son desollados y
las pieles vendidas. Tratándose de una especie en peligro crítico de extinción
según criterios de la Lista Roja de la UICN el cocodrilo del
Orinoco fue incluido en el Apéndice I del CITES y está bajo
régimen de protección especial tanto en Venezuela como en Colombia.
Antes de iniciarse la conservación,
protección y prolongación de la existencia de esta especie en extinción, estudios y censos realizados por expertos
universitario y del Ministerio del Ambiente, ubicaron el caimán o cocodrilo del
Orinoco en los ríos Tucupido en Portuguesa, Capanaparo en Apure, Cojedes y
Sarare en Cojedes y embalse de Camatagua en Aragua. Los
estimados poblacionales conocidos para cada localidad fueron enonces 107 individuos en el río Tucupido, 200 en el río Cojedes,
150 en el río Sarare, 233 en el río Capanaparo y
68 en el río Caura. Se estimaba que la población era de unos 1.000
cocodrilos adultos, repartidos en pequeños grupos. (AF)
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